Hornachos

Un castillo fortaleza con forma de barco domina Hornachos desde lo alto de un peñasco. Se cree que fue construido durante las primeras invasiones árabes aunque Hornachos estaba poblado ya en el Neolítico, como demuestran las pinturas rupestres de tipo esquemático de La Sillá y Sierra de Pinos. 

Pero lo mejor para conocer a fondo la historia de Hornachos y su legado es trazar una ruta y perderse entre la cultura. Algunos lugares indispensables son la fuente de los moros, pasando por el acueducto de ladrillo rojo. Continúa hacia el pósito, en el que actualmente se sitúa el centro de interpretación de la cultura morisca, y desde allí dirígete a la iglesia parroquial de la Purísima Concepción, importante obra arquitectónica de estilo mudéjar, de la que cabe destacar su bello artesonado. Dirígete hacia la iglesia conventual de San Francisco, de estilo mudéjar y  desde donde puedes caminar hasta la fuente de los cristianos. Para concluir acércate al pilar de los cuatro caños, donde podrás descansar de este bello recorrido. 

Puedes reponerte de la caminata degustando alguno de los platos típicos de esta tierra, como las migas, el gazpacho, la caldereta de conejo, el caldillo y la morcilla lustre. Remoja las viandas con vinos tintos, blancos, jóvenes, añejos o de pitarra y remata la faena con unos piñonates, unas puchas o unos deliciosos repápalos de arroz.

Entre sus fiestas populares de Hornachos destaca, además de la fiesta de su patrona la Virgen de los Remedios el 8 de septiembre, una de reciente instauración pero de gran importancia: se trata de la matanza didáctica, que se lleva a cabo la última semana de febrero y en la que se rememora esta actividad antaño tan necesaria.