Valencia de Alcántara, una deliciosa villa entre sierras

Rodeada por tres formaciones montañosas, esta localidad está situada dentro del Parque Natural Tajo Internacional. Su legado es la muestra de las diferentes culturas que han pasado por allí desde la Prehistoria. Fundada por los romanos, quedó en manos de los visigodos hasta el siglo XIII. Su proximidad a Portugal marca los siglos siguientes hasta que la villa vive sus mejores momentos en el XVI y el XVII, con la construcción de sus monumentos más representativos.

Puedes comenzar el paseo por Valencia de Alcántara en las calles del barrio judío-gótico, declarado conjunto histórico-artístico. Salpicado de palacios y grandes casas con sus portadas y arcos ojivales, conserva en su interior una sinagoga. Muy cerca encontrarás la iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, declarada monumento histórico-artístico. Está construida sobre un templo románico y posee un retablo barroco obra de José de Churriguera, entre otras obras de gran valor. Desde este punto puedes dirigirte al castillo (siglo XIII), que no debes dejar de visitar. Con su torre de  homenaje y recinto abaluartado, acoge una estupenda biblioteca.

También puedes visitar el convento de Santa Clara o la iglesia de la Encarnación. En tu paseo procura pasar por la Plaza de Gregorio Bravo (verás una hermosa fuente de mármol del siglo XIX) y por la Plaza Mayor, empedrada al estilo portugués.

A pesar del bellísimo bosque que rodea a la localidad, con sus típicas dehesas extremeñas, la principal atracción son los más de treinta dólmenes neolíticos y demás construcciones de la Edad del Bronce que se conservan en su término municipal. Hay varias rutas para ver estos monumentos prehistóricos en las que, de paso, podrás disfrutar del hermoso paisaje. A la vuelta de estos paseos te recomendamos que repongas fuerzas probando la chanfaina. Si lo tuyo es el dulce estás en el lugar perfecto: prueba los frutos borrachos, las tortas de chicharrones o los bollos de Pascua, están deliciosos.