Fortalezas

Sus siluetas forman parte del paisaje extremeño. Sus torres y murallas nos hablan de conquistas y reconquistas, de cristianos y musulmanes, de reyes y caballeros feudales.

PROVINCIA DE BADAJOZ 

Alcazaba de Badajoz

Con 1.200 metros de lienzo de muralla y ocho hectáreas de superficie, es la alcazaba árabe más grande de Europa. Dispone de un amurallamiento de época almohade (siglos XII y XIII) en el que sobresale la Torre de la Atalaya, de planta octogonal, conocida como Espantaperros, uno de los símbolos de Badajoz. Dentro de la alcazaba, se puede pasear por la muralla y los jardines, disfrutando de buenas vistas de la ciudad y el Guadiana, y visitar el palacio de los Condes de Roa (Museo Arqueológico Provincial). 

Alcazaba de Mérida

Mandada construir por el emir omeya Abderramán II en el año 835, fue la primera alcazaba que levantaron los musulmanes en la Península Ibérica. Además de sede de las dependencias administrativas y residencia del gobernador, fue uno de los accesos a la ciudad desde el puente romano. Toda la fortificación estaba rodeada por un gran foso, excepto el lado que da al Guadiana. Por su perímetro se distribuyen 25 torres embutidas en la propia muralla. En su interior destaca un aljibe con piezas romanas y visigodas.

Castillo de Burguillos del Cerro

Considerado uno de los más importantes de Badajoz. De origen musulmán, pasó a manos cristianas hacia 1230 cuando fue conquistada por los templarios. De planta cuadrangular, consta de dos torres principales, llamadas Parda y del Homenaje, y otras tres más pequeñas. Tiene un patio de armas que contaba con habitaciones y un aljibe. Disponía de un foso, actualmente cegado, y el exterior estaba rodeado por una muralla, hoy casi inexistente.

Castillo de Feria

Su torre del homenaje, de planta cuadrada y esquinas redondeadas, es un magnífico ejemplo de arquitectura gótica militar. Cuenta con cuatro plantas: la primera corresponde a la estancia para los señores del castillo, dos más de usos diversos y una terraza con vistas privilegiadas de la comarca de Zafra-Río Bodión. La torre alberga el Centro de Interpretación del Señorío de Feria. La muralla sigue el trazado de la orografía y, por eso, es muy irregular.

Castillo de Luna (Alburquerque)

Una de las fortalezas medievales más imponentes y mejor conservadas de España. Su construcción original data del siglo XIII. De gran valor estratégico debido a su cercanía a la frontera con Portugal. Tiene cuatro recintos defensivos que la convertían en prácticamente inexpugnable. Destaca la torre, compartimentada en cinco alturas. Su nombre se debe a Álvaro de Luna, maestre de la Orden de Santiago y condestable de Castilla.

Castillo de Medellín

Se asoma al Guadiana desde lo alto de un cerro. Sucedió a una fortaleza musulmana del siglo X, destruida en el XIV por Pedro I el Cruel y reedificada por el infante Don Sancho de Castilla. Tiene un doble perímetro amurallado con numerosos cubos y torreones de refuerzo. En él es posible ver los elementos propios de estas edificaciones: puertas, murallas, garitas, torres, patios interiores, parroquia y otras estancias. En su interior acoge un aljibe. A sua pies se sitúa un teatro romano, en cuyo escenario se representan obras del Festival de Mérida.

Castillo de Miraflores (Alconchel)

De origen árabe, y reconstruido en el siglo XII por el rey portugués Afonso Henriques, fue posteriormente consolidado por los caballeros templarios, que lo convirtieron en uno de sus bastiones más importantes. Lo preside una poderosa torre del homenaje, completando el conjunto un buen patio de armas, aljibes, mazmorras, capilla y otras dependencias. En su interior se encuentra el Centro de Interpretación de las Fortificaciones del Gran Lago de Alqueva.

Castillo de Nogales

Construido en el siglo XV sobre un pequeño cerro. Presenta una torre del homenaje rodeada por una muralla, ambos de planta cuadrada y de carácter sobrio. A lo largo de la historia ha desempeñado un papel importante en los enfrentamientos con portugueses y franceses.

Castillo de Olivenza

Fue levantado por la Orden del Temple, a la que Alfonso IX de León cedió Olivenza como pago por su ayuda en la conquista de la taifa de Badajoz. Tras pasar a manos portuguesas, el rey D. Dinis lo amuralló en 1298 y, casi dos siglos más tarde, hacia 1488, D. João II ordenó levantar la torre del homenaje que resultó ser la más alta de Portugal (casi 40 metros). En el alcázar se halla el Museo Etnográfico Extremeño González Santana.

Castillo de Puebla de Alcocer

En el siglo XV esta localidad fue declarada villa y entregada a Gutierre de Sotomayor, maestre de la Orden de Alcántara, que construyó el castillo sobre los restos de otra fortaleza. Sus elevados y gruesos muros le dan un carácter compacto. Desde la torre del homenaje, de forma cilíndrica, se aprecian unas vistas espectaculares del embalse de La Serena y La Siberia.

Castillo de Segura de León

Construido por la Orden de Santiago entre los siglos XIII y XIV, fue la morada de los comendadores de la Encomienda Mayor de León y luego de sus administradores hasta 1833. Conserva una capilla, una mazmorra y varias habitaciones. El elemento más destacado es la torre del homenaje, del siglo XVI. Una leyenda dice que una señora berberisca del castillo rompería su encantamiento si conseguía contar las estrellas del cielo. Noche tras noche, comenzaba desde el levante al poniente, pero siempre le sorprendía la mañana sin haber terminado de contarlas.

PROVINCIA DE CÁCERES

Castillo de Belvís de Monroy

Comenzó a construirse en el siglo XIII durante la Reconquista a instancias de Sancho IV. Reúne sucesivos estilos: medieval, renacentista, gótico, plateresco y barroco. Soportó las batallas constantes entre las familias Monroy y Belvís, que acabaron casando a sus vástagos para poner fin a las disputas. De la barbacana quedan dos torres que se integran en la plaza de Monroy.

Castillo de Granadilla

Icono del pueblo amurallado de Granadilla, fundado en el siglo IX por los musulmanes y desalojado en la década de 1960 para la construcción del embalse de Gabriel y Galán. El origen de esta fortificación se remonta al siglo XIII. Sobre sus cimientos, la Casa de Alba, dueña de la villa de Granadilla, construyó el castillo y la muralla en el siglo XV. Llama la atención la esbeltez y la simetría de sus formas.

Castillo de Jarandilla de la Vera

El castillo de los Condes de Oropesa, del siglo XV, hoy Parador de Turismo, conserva la belleza original de estilo gótico que contempló Carlos V durante su estancia de tres meses en Jarandilla de la Vera, en 1557, hasta su retiro en el monasterio de Yuste, donde moriría un año después. Está formado por tres recintos cuadrangulares. El acceso era mediante un puente levadizo. Posee un bello patio y una espaciosa galería gótica de dos pisos.

Castillo de Montánchez

El origen se remonta al Imperio Romano, como lo atestigua el cuerpo principal del castillo. El resto de la construcción data del siglo XII y se erigió durante la ocupación almohade, época de la que se conservan tres aljibes. Ya en poder cristiano y administrado por la Orden de Santiago, se le incorporaron numerosos elementos, como la muralla que rodea el recinto. En el interior pueden verse la torre del homenaje y las bodegas, y en el exterior un estanque y una ermita del siglo XVII. Las vistas desde el castillo son deslumbrantes, no en vano a Montánchez se le conoce como el “balcón de Extremadura”.

Castillo de Santibáñez el Alto

Reconstruido en el siglo XI y XII sobre una edificación árabe. Los caballeros de la Orden del Pereiro, en un primer momento, y de Alcántara, posteriormente, se encargaron de la remodelación. De su estructura original aún conserva parte de la alta torre que presidía el castillo, desde donde se divisan los paisajes de Sierra de Gata.

Castillo de Trevejo

Tuvo un papel importante en el control de los valles occidentales de la Sierra de Gata hasta la Guerra de la Independencia contra los franceses, que lo destruyeron por su valor estratégico y para que no se convirtiese en refugio para los guerrilleros. Data del siglo XII cuando en su lugar se levantaba una fortaleza musulmana, conquistada por Alfonso VII de León y luego cedida a la Orden del Temple.

Castillo de Trujillo

El castillo o alcazaba se eleva sobre el cerro denominado Cabeza del Zorro, completando el perímetro amurallado de Trujillo por el noroeste. Corresponde histórica y tipológicamente al grupo de fortalezas del califato de Córdoba, al que también pertenece la alcazaba de Mérida. Se divide en dos espacios: la alcazaba propiamente dicha, de planta casi cuadrada, con ocho torres y dos puertas, y la albacara, de planta poligonal irregular con torres. Tanta severidad nos muestra que estamos ante un castillo militar, no de una alcazaba residencial.