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La Serena y Campiña Sur

Al sureste de Extremadura, estas dos comarcas nos dan la bienvenida con sus amplias llanuras, sus pueblos monumentales, sus castillos, sus iglesias y su excelente gastronomía. Reunimos lo más destacado para una escapada por unos territorios ricos en historia, cultura y naturaleza.

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Por lugares imprescindibles de La Serena y Campiña Sur

Al sureste de Extremadura, estas dos comarcas nos dan la bienvenida con sus amplias llanuras, sus pueblos monumentales, sus castillos, sus iglesias y su excelente gastronomía. Reunimos lo más destacado para una escapada por unos territorios ricos en historia, cultura y naturaleza.

LA SERENA

Camino mozárabe de Santiago. Atraviesa los municipios de Monterrubio de la Serena, Castuera, Campanario, Magacela y La Haba a su paso por La Serena. Procede de Córdoba, donde confluyen varias rutas de peregrinación desde Almería, Málaga, Granada y Jaén, y continúa hasta Mérida. En la capital extremeña enlaza con la Vía de la Plata.

Castillo de Capilla. Se cree que la construcción que existe en la actualidad es una mínima parte de una enorme fortaleza musulmana. Fue sitiado en el siglo XIII por las tropas de Fernando III El Santo y luego donado a la Orden del Temple. En 1777 pasó a la Casa de Osuna. Las vistas desde el castillo son espectaculares.

Castuera. Este pueblo no puede entenderse sin el turrón, el cordero ni los quesos. El Museo del Turrón nos explica su proceso de elaboración y la histórica relación de Castuera con este dulce. En septiembre, el Salón Ovino congrega lo mejor del sector y organiza catas y concursos de quesos y calderetas. A unos 3 kilómetros del pueblo impresiona ver los restos del campo de concentración construido en la Guerra Civil, en el que llegó a haber unos 9.000 prisioneros entre 1939 y 1940.

Ermita de Nuestra Señora de Belén. A unos 11 km de Cabeza del Buey, encontramos este santuario de estilo barroco cuyos orígenes datan del siglo XIII. En su recinto nos reciben siete olmos centenarios que son Árboles Singulares de Extremadura.

Ermita de Nuestra Señora de Piedraescrita. Una leyenda en Campanario narra el hallazgo de la figura de una virgen del s. XIII escondida bajo una lápida tardorromana. Esa figura de tipo arcaico es la Virgen de Piedraescrita, que reposa en una pequeña ermita del s. XVI. En su interior conserva una pila bautismal paleocristina, los frescos románicos más meridionales de España y cerámica de Talavera del s. XVI.

Magacela. Hermoso pueblo con calles estrechas, empinadas e irregulares, y numerosas casonas y palacios de los siglos XV y XVI. Su castillo, en lo alto del cerro, fue una importante atalaya defensiva desde los tiempos del Imperio romano hasta la Reconquista.

Mares interiores. Los embalses de La Serena (el segundo más grande de la Península Ibérica), Orellana y Zújar ofrecen condiciones idóneas para los deportes acuáticos, la pesca y la observación de aves. Merecen una mención las playas de Orellana la Vieja (bandera azul desde 2010, la primera de interior que logró tal distinción en España) e Isla del Zújar (Castuera).

Queso de La Serena. Uno de los grandes embajadores gastronómicos de la comarca, junto con el cordero, el vino Ribera del Guadiana, el aceite de oliva de Monterrubio y el turrón de Castuera. Se elabora con leche cruda de oveja merina, sal y cuajo vegetal extraído del cardo silvestre (cynara cardunculus), una de sus peculiaridades. Su textura es blanda y cremosa. Su sabor, potente pero nada salado, tiene un elegante punto de amargor final.

Restos arqueológicos. La Serena es un pequeño paraíso para los amantes de la Prehistoria y las civilizaciones antiguas. Desde Cancho Roano (Zalamea de la Serena), palacio-santuario de origen tartésico, hasta el edificio protohistórico de La Mata (Campanario) pasando por Hijovejo (Quintana de la Serena), recinto romano fortificado. Todos ellos cuentan con centros de interpretación, al igual que sucede con el dedicado a la Pintura Rupestre de Extremadura, en Cabeza del Buey. En este municipio, en el Valle del Aliso, se halla el abrigo de pinturas rupestres de Cerro Estanislao. Además, en Magacela (Cerca de Marco) y Valle de la Serena (Finca de San Damián) pueden verse dólmenes.

Zalamea de la Serena. Es conocida por su dístilo, una joya del arte romano que consta de dos columnas de 23 metros de altura, declarado Monumento Nacional en 1931, y la representación de ‘El alcalde de Zalamea’, uno de los clásicos de Calderón de la Barca, en la que participan unos 500 vecinos. Se celebra en agosto y es Fiesta de Interés Turístico Nacional. Vale la pena visitar la Real Capilla del Cristo de la Quinta Angustia y el castillo de Arribalavilla.

CAMPIÑA SUR

Alcazaba de Reina. La silueta de esta fortaleza árabe nos da una idea de la importancia estratégica que tuvo en el pasado. Conserva una cerca de la época almohade (s. XII), varios aljibes, similares a los de Cáceres y Medellín, una torre del homenaje y una ermita del s. XV de origen visigoda. Se sitúa en el punto más alto de la comarca, lugar ideal para observar el paisaje y, de noche, el cielo estrellado. En agosto acoge el Festival de la Luna Llena.

Arte mudéjar. Este estilo, presente en muchos lugares de Extremadura, es uno de los rasgos distintivos de la Campiña Sur, donde resulta fácil encontrar iglesias, torres y casas con su impronta. Azuaga, Campillo de Llerena, Fuente del Arco, Granja de Torrehermosa y Llerena dan buena prueba de ello.

Azuaga. La principal población de la comarca posee un interesante conjunto monumental. En él sobresalen tres iglesias: Nuestra Señora de la Consolación (el segundo templo más grande de la provincia tras la catedral de Badajoz), con elementos renacentistas y góticos; La Merced, mudéjar; y la del Cristo del Humilladero, barroca. Vale la pena visitar el Museo Etnográfico Comarcal de la Sierra y la Campiña y, en lo alto de un cerro, los restos del castillo de Miramontes, construido por los árabes.

Berlanga. Está considerado uno de los pueblos más característicos de la comarca por su configuración urbanística, con numerosas calles angostas, pequeñas plazas y casas de arquitectura tradicional. Su monumento más importante es la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, de origen mudéjar y posteriores influencias barrocas y neoclásicas. A las afueras de Berlanga se localizan el puente romano-medieval y el parque periurbano Las Quinientas.

Chozos de Llera. En este municipio encontramos el “conjunto de chozos, zahúrdas y cercas de la finca de Las Mil y Quinientas”, un paisaje cultural modelado por los usos agrícolas y ganaderos y en el que abundan construcciones tradicionales, aprovechamientos acuíferos y cercas para delimitar las parcelas. Se conservan en buen estado unos 50 chozos en una finca de 500 hectáreas de propiedad municipal. En 2013 fueron declarados Bien de Interés Cultural (BIC).

Ciudad romana de Regina. A 1,5 km de Casas de Reina, en el camino que unía Emerita Augusta e Hispalis, vemos la antigua Regina Turdulorum, con el foro y el teatro del s. I d.C. Dos mil años después, en su escenario siguen representándose comedias y dramas grecolatinos en el Festival de Teatro de Regina y el Festival de Teatro Clásico de Mérida. El foro conserva algunos cimientos de casas, edificios civiles, pórticos y fragmentos de calzada romana.

Ermita de la Virgen del Ara. A esta joya del mudéjar, construida a finales del s. XIV, se le llama “la Capilla Sixtina de Extremadura” por los magníficos frescos del s. XVII pintados en su bóveda. Son 26 escenas del Génesis. La ermita, a 7 km de Fuente del Arco, destaca también por la arquería mudéjar y la espadaña. Desde el exterior hay unas vistas maravillosas de la Sierra de San Miguel, la Sierra del Viento y la ribera del Ara.

Granja de Torrehermosa. Vale la pena visitar este pueblo limítrofe con Córdoba para ver la esbelta torre mudéjar de la iglesia de la Purísima Concepción, que da nombre a la localidad. Es del s. XVI y fue catalogada como Monumento Nacional en 1931. Los expertos consideran que su fachada mudéjar es la segunda mejor de este estilo en Extremadura, después de la del monasterio de Guadalupe. 

Llerena. Tras la Reconquista, se convirtió en sede de la Orden de Santiago y, a partir de 1478, del Tribunal de la Inquisición. Entre sus numerosas muestras de arte mudéjar y barroco, sobresalen la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, el convento de Santa Clara (¡no dejes de probar unos dulces que se llaman ‘corazones de las monjas de Llerena’!), el palacio de los Zapata y las iglesias de Santiago, de la Merced y del convento de la Concepción. Una de sus fiestas más populares es la Matanza Tradicional Extremeña (marzo), de Interés Turístico Regional.

Mina La Jayona. Esta vieja explotación minera de hierro, abandonada en 1921, es un lugar visitable de gran interés geológico, lleno de flora y fauna. Está en Fuente del Arco y cuenta con un centro de interpretación. Vale la pena recorrer las galerías y pozos de este Monumento Natural y descubrir los juegos de luces y los sonidos que varían según la época del año.

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