Invertir y vivir en Extremadura (Turismo residencial)
Deja de buscar en Internet, acabas de encontrar lo que has soñado durante mucho tiempo: calidad de vida, gente hospitalaria, paisajes de ensueño, ciudades y pueblos con encanto, comida que sabe a comida, un clima ameno… Cada vez más extranjeros enamorados de Extremadura se instalan aquí y abren negocios turísticos.
El turismo residencial crece en Extremadura y así lo confirman los numerosos ejemplos de extranjeros que han decidido vivir y emprender un negocio turístico en la región. Aquella primera visita fue, en muchos casos, el inicio de su historia de amor con Extremadura.
Veamos seis casos:
El marchante de arte Joseph Shortell, de Estados Unidos, se quedó prendado de la belleza de Sierra de Gata y compró una vieja almazara con el propósito de transformarla en un hotel boutique.
Joseph Shortell, Estados Unidos. Marchante de arte.
Hotel Aqua et Oleum
www.shortelldesign.com/aquam-et-oleum
La arquitecta brasileña Helena Rocha tiene su estudio en Fuente de Cantos y, desde este pueblo de la Vía de la Plata, trabaja en proyectos en su país y en España.
Helena Rocha, Brasil. Arquitecta.
El francés Daniel Saniez es dueño de una empresa en Malpartida de Plasencia, a las puertas del Parque Nacional de Monfragüe, que se dedica al turismo de naturaleza y la organización de viajes lingüísticos en España y Francia.
David Saniez, Francia. Guía de naturaleza y profesor de idiomas.
Naturlingua
La argentina Cielo Ridano y su pareja de Canadá querían montar un negocio propio y eligieron Garganta la Olla, en La Vera, donde gestionan una casa de turismo rural que recibe viajeros de todo el mundo.
Cielo Ridano, Argentina. Gerente Casa Rural.
Casa rural Parada Real
La canadiense Tamara Girke, que anhelaba un cambio en su vida, dejó de buscar cuando descubrió Extremadura y ahora es propietaria de un alojamiento rural en La Fontañera, una pedanía de Valencia de Alcántara.
Tamara Girke, Canadá. Propietaria Casa Rural.
Casa Rural Salto del Caballo
El alemán Valentin Kranz se ha instalado en Trujillo, donde su empresa vende productos gourmet extremeños, como jamón ibérico de bellota, aceite de oliva virgen extra, vino y paté.
Valentín Kranz, Alemania. Distribuidor internacional productos gourmet.
Buenatura Gourmet
¿Pero qué atrae e inspira a los extranjeros que eligen Extremadura e invierten en el turismo? Valoran cuestiones como la hospitalidad de la gente, la tranquilidad, la seguridad (es la región con la más baja tasa de criminalidad del país, según el Ministerio del Interior), la atención sanitaria, el nivel de precios, el clima ameno, el buen estado de conservación de la naturaleza y su biodiversidad, la belleza de sus pueblos y ciudades, y su patrimonio histórico. Otro argumento de peso es la autenticidad de la gastronomía extremeña, en la que brillan productos como el aceite de oliva, los embutidos, los quesos, el cordero, el pimentón, las hortalizas, la fruta, el vino y, por supuesto, el jamón ibérico de bellota, el mejor de España.
A Extremadura no le faltan argumentos para cautivar a los visitantes que quieren huir del turismo masificado e impersonal. En un territorio del tamaño de Holanda se localizan más de cincuenta espacios protegidos, como el Parque Nacional de Monfragüe y el Parque Natural del Tajo Internacional, sitios que la Unesco ha clasificado como Reservas de la Biosfera, al igual que La Siberia extremeña. Son lugares donde disfrutar de la fauna y la flora, practicar alguna actividad en contacto con la naturaleza, como senderismo, BTT o piragüismo, y contemplar uno de los cielos nocturnos más impresionantes del sur de Europa.
Quien busque arte, cultura e historia, además de naturaleza, no tiene que ir muy lejos. Por aquí pasaron romanos, visigodos, musulmanes y judíos, pueblos que dejaron un abundante legado tangible e intangible en monumentos, calles y plazas, costumbres, fiestas y recetas.
Sobresalen los tres enclaves extremeños que son Patrimonio Mundial de la Unesco (el conjunto monumental de Cáceres, el conjunto arqueológico romano de Mérida y el Real Monasterio de Guadalupe), en un extenso catálogo donde encontramos tesoros como el Real Monasterio de Yuste (Patrimonio Nacional y Europeo), el majestuoso puente romano de Alcántara y numerosos centros históricos de visita obligada: Trujillo, Plasencia, Hervás, Guadalupe, Coria, San Martín de Trevejo, Valencia de Alcántara, Robledillo de Gata, Alburquerque, Olivenza, Zafra, Jerez de los Caballeros, Fregenal de la Sierra, Llerena, Azuaga…
Como vemos, en Extremadura hay calidad de vida y es fácil desconectarse del mundanal ruido, pero también abundan las ocasiones para divertirse, emocionarse y empaparse de tradiciones, música y cultura.
Citemos algunos ejemplos: más de setenta Fiestas de Interés Turístico, como la Semana Santa de Cáceres y Mérida, el Carnaval de Badajoz (uno de los más participativos de España), el Cerezo en Flor del Valle del Jerte y el Jarramplas de Piornal; recreaciones históricas con la participación de cientos de vecinos en la Batalla de La Albuera, Los Conversos de Hervás, Emerita Lvdica (Mérida) o El Alcalde de Zalamea de la Serena; y eventos culturales de gran prestigio dentro y fuera de España, como el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y el Womad de Cáceres.
Por estos motivos, Extremadura es un destino único y auténtico para visitar, vivir e invertir.
Todo lo que te imaginas, donde no te lo imaginas.